Otra nueva polémica ha sacudido al Reino Unido después de que el príncipe Harry y Meghan Markle hayan vuelto a hablar sobre su superación de la monarquía para comenzar una nueva vida en Estados Unidos.
Los duques de Sussex han protagonizado la docuserie Harry & Meghan para arrojar algo más de luz a su huida del foco mediático. Ambos han asegurado que han tenido miedo de que su unidad familiar, sobre todo tras el nacimiento de Archie y Lilibet, sufriera el mismo destino que Diana de Gales, que murió en un desgraciado accidente de tráfico tras una vida de enfrentamiento con la Famiia Real y persecución por parte de los paparazzis.
La propia Meghan, a la que siempre se ha comparado con su suegra, ha llegado a confesar que la presión a la que estuvo sometida durante tiempo llegó a límites insoportables. Al no poder aguantar la vida junto a la corona, llegó a pensar en el suicidio: "Si no estoy allí, todo se detendrá. Y eso fue lo que más miedo me dio, porque era un pensamiento lúcido". "Simplemente no quería seguir viva", ha reconocido.
En la docuserie, Harry confiesa que no estuvo a la altura de las circunstancias y, hasta que no reaccionó, tuvo que anteponer la corona a la salud de su mujer: "Estaba destrozado. Sabía que era duro para ella, para los dos. Pero no pensé que llegaría a esto. Y el hecho de que lo hiciera me hizo sentir enfadado y avergonzado [...] Mi papel de príncipe prevalecía sobre mis sentimientos. Me han enseñado a preocuparme más por lo que pensará la gente si no vamos a tal o cual evento, o si llegamos tarde. Y mirando atrás, me odio por ello. Necesitaba más de lo que yo podía darle".
