La cantante Britney Spears ha demostrado, tras liberarse hace casi dos años de la tutela judicial que limitó notablemente su autonomía financiera y personal, que le encanta Instagram y la oportunidad que le brinda para mostrarse tal como es ante sus millones de seguidores. Algunos de ellos han dado la voz de alarma ante el comportamiento supuestamente errático que habría mostrado la diva en ciertas ocasiones, pero ella siempre ha defendido su derecho a hacer lo que le viene en gana, a ser espontánea y transparente con sus fans.
A Britney le gusta grabarse mientras baila al ritmo de sus canciones favoritas, y también ha exhibido su cuerpo completamente desnudo como una forma de reivindicar su independencia y amor propio. Tampoco le ha temblado el pulso a la hora de contestar a sus críticos, incluidos sus propios familiares, por medio de improvisados exabruptos, duros alegatos y muchos signos de exclamación. En una ocasión, la princesa del pop llegó a decirle a su madre: "¡Recoge tus disculpas y que te den!", durante una de sus numerosas disputas en la esfera virtual.
Las redes sociales de Britney Spears son una mina de oro, una fuente informativa de primer nivel y un granero de puro entretenimiento. Sin embargo, ahora ha trascendido que la intérprete estadounidense no tiene intención de sacarles el máximo partido económico. El portal de noticias TMZ informa que la artista habría rechazado numerosas ofertas de publicidad y patrocinio procedentes de "numerosas compañías". Estas firmas, dependiendo de diversos factores, están dispuestas a pagar cantidades que van de los 100.000 al millón de dólares por cada publicación.
Fuentes de su entorno indican que Britney ha declinado estas propuestas porque "no le vuelven loca" ninguno de los artículos que debería promocionar. Tampoco le apetecería demasiado participar en sesiones de fotos que complementarían sus propias publicaciones de Instagram, en las que tendría que presentar el producto en cuestión, usarlo y fingir que le agrada. Por el momento, Britney Spears prefiere disfrutar de las redes sociales a su manera y sin imposiciones externas, al tiempo que se centra en el proceso de divorcio en el que ya se ha embarcado para poner fin a su matrimonio de Sam Asghari.