Su compositor, Omar Alfanno, contó que el personaje que inspiró la canción de Willie Colón fue un amigo suyo de la secundaria que falleció víctima del virus en un hospital de Los Ángeles, EE.UU.
Una de las tragedias del género salsa se encuentra en el inconsciente colectivo de América Latina. Se escucha desde finales de los años ochenta y, con apenas, dos líneas, ya podemos proyectar su historia: en la sala de un hospital, a las 09:43 nació Simón.
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Se trata de la canción El Gran Varón popularizada por Willie Colón en el álbum Top Secret de 1988 y que respondiera al apogeo de una pandemia que, en la época, era sinónimo de muerte: SIDA. Esto, pues el tema cuenta la historia de Simón, un transexual que abandonó las aspiraciones machistas de su padre -cuando crezcas vas a estudiar la misma vaina que tu papá, dice en su primera estrofa- para vivir en libertad su identidad sexual. Sin embargo, Simón muere de una extraña enfermedad, respondiendo a la ignorancia que por entonces rodeaba al VIH.
La canción fue uno de los éxitos de Willie Colón como solista y es el retrato de una época donde a la enfermedad se le estigmatizaba como el cáncer gay, entre otras caricaturas. Y pese a que Simón se enmarca en la lista de personajes que pueblan la salsa -Pedro Navaja, Juanito Alimaña, Juan Albañil-, la canción se inspiró en un personaje real.
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Fue en portal colombiano AlDía que el compositor recordó que el protagonista de su canción fue un amigo suyo de la adolescencia. Está basada en una historia verídica de un amigo que estudió conmigo el bachillerato. Después de un tiempo me enteré de su drama. A él le hacían mucho bullying y no había podido salir del clóset porque en los 60, 70, declararse gay era algo que sólo hacía un héroe, rememoró. El tiempo también corresponde a la época, era el verano de 1986. Escribí El Gran Varón mientras mi amigo moría de SIDA, era el enfermo de la cama 10 y no tenía escapatoria. En la sala de un hospital/de una extraña enfermedad murió Simón , hice esa estrofa porque había que concluir la historia, pero mi compañero de bachillerato aún no había fallecido, estaba recluido en un hospital de Los Ángeles (EE. UU.), en esa ciudad fue donde se sintió libre, agregó, revelando que, al igual que en la canción, su amigo falleció en la soledad del recinto médico.
¿Quién pone la voz?
En los ochenta, Omar Alfanno se hacía espacio en la música latina como compositor para baladas y salsa romántica, variante del género que hegemonizó la década, dejando atrás la fase de salsa dura -más cercana a la experimentación jazzera- que difundieran los cantantes del sello Fania en los años setenta. De hecho, Omar Alfanno cantaba sus propias canciones con una orquesta de salsa llamada Los Sembradores del Sur en México. Un periodo de su vida que le permitió conocer al consagrado Willie Colón, a quien teloneó en un concierto en Ciudad de México.
Fue en ese momento que Alfanno quiso sorprender al trombonista con la canción inspirada en su amigo. Cuenta Alfanno que Colón quedó sorprendido, dejándole la dirección del hotel donde se estaba alojando para que se encontraran nuevamente, a fin de hacer una grabación casera del tema. Sin embargo, el panameño no fue a la cita, pues quería dejarse la canción para si.
Tuvieron que pasar seis meses para que Colón y Alfanno se reencontraran nuevamente en Puerto Rico, en la sede del sello RCA. Fue el propio Colón que quien le cobró la canción adeudada. Me regañó y me dijo que le permitiera poner su voz. Allí no estuve escapatoria, así que busqué una guitarra, se la canté y le encantó mucho más, contó el compositor.
Finalmente la incluiría en el disco Top Secret (1988), registro realizado junto a su banda Legals Aliens. El éxito fue rotundo: disco de oro y platino. Antecedentes que incluso traerían a Colón por primera vez a Chile en 1989 en la Estación Mapocho en las postrimerías de la dictadura militar. Con el paso del tiempo, la canción se encumbró al puesto 23 de las 50 mejores canciones latinas de todos los tiempos, según ránking de la revista Billboard, superando incluso cierta censura inicial por motivos de homofobia. En Puerto Rico una vez trataron hacer una obra teatral llamada El Gran varón, y la gente hizo varios disparos en los letreros al punto que hubo que suspenderla por miedo a que ocurriera una tragedia, recordó Alfanno.
Alfanno, en tanto, se fue alejando paulatinamente de la interpretación y prácticamente se dedicó a componer canciones para otras voces. La lista es extensa: Marc Anthony (Te Conozco Bien, No Hay Nadie como Ella, Y Hubo Alguien), Gilberto Santa Rosa (Conciencia), Celia Cruz (Bembelegua), Son By Four (A Puro Dolor). El abanico de intérpretes siguen con Víctor Manuel, Óscar de León, Rubén Blades, Sin Bandera, Alejandro Fernández, Ana Gabriel, entre otros.
El panameño ha sido galardonado con una serie de premios y reconocimientos, incluyendo un Grammy. Toda una hazaña para quien comenzara a cantar sus canciones en las calles y metro de Ciudad de México, hasta donde llegó a estudiar odontología por presión familiar.