Siete migrantes, entre centroamericanos y suramericanos, que salieron este viernes en caravana desde la ciudad mexicana de Tapachula, frontera con Guatemala, se cosieron los labios con aguja e hilo para de esa forma presionar a las autoridades con la emisión de documentos de estancia legal.
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Además, los migrantes avisaron que a partir de este momento, cada hora un grupo de personas al interior de la caravana, segunda en lo que va del año, replicará la acción.
El venezolano Edwin Camacho advirtió que van a mantener su protesta de suturarse los labios hasta que tengan eco sus peticiones de obtener su estatus legal en el país y si no lo consiguen seguirán con esa práctica.
"No queremos problemas y violencia, únicamente queremos que nos den el paso a nosotros", expresó Camacho a Efe.
En tanto, su compatriota Matías González, oriundo de Venezuela, pidió al Gobierno de México que les ayude a avanzar porque su objetivo no es quedarse en el país.
"Nosotros pedimos un salvoconducto para salir de la ciudad, ya que ha sido complicado seguir nuestro camino (hacia Estados Unidos)", apuntó a Efe.
Huelga de hambre
Previo a esta acción, integrantes de la caravana migrante se declararon en huelga de hambre al llegar a la comunidad de Álvaro Obregón, tras enfrentarse en dos ocasiones con agentes de la Guardia Nacional (GN) y el personal de migración en la ciudad de Tapachula.
Las autoridades federales detuvieron a cerca de 200 migrantes entre ellos, niños y mujeres embarazadas segmentando a esta caravana.
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La situación es crítica ya que las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) mantiene un retén en la entrada principal de la comunidad para evitar que salgan de este poblado.
Tras llegar a la comunidad, los migrantes se resguardaron en la iglesia del lugar donde, dijeron, se mantendrán el tiempo que se necesario, mientras que las autoridades llevaron a cabo recorridos y operativos para buscar y asegurar a los extranjeros que se mantienen escondidos en los alrededores de esta comunidad.
Alexander, un migrante de Venezuela, indicó que las autoridades migratorias los golpearon para detenerlos y pidió que los dejen avanzar ya que migrar no es un delito.
"Nosotros ya no queremos más violencia, lo único que pedimos es pasar libremente", expuso.