Un asistente móvil eléctrico que funciona mediante sensores ultrasónicos y sirve para guiar la marcha de invidentes, como lo haría un perro lazarillo, fue creado por egresados de la Escuela Superior de Cómputo del Instituto Politécnico Nacional (IPN), informó hoy la institución.
El robot funciona mediante tres algoritmos: uno se encarga de la evasión de obstáculos, otro simula el comportamiento del perro lazarillo y uno más se utiliza para reconocer letreros.
"Cuando el móvil se aproxima a un obstáculo, disminuye la velocidad y cambia de dirección, es decir, simula el comportamiento de un perro lazarillo. Nosotros modulamos ese comportamiento y lo trasladamos al robot", explicaron los creadores, Francisco Javier García, Jessica Espinosa y Manuel Caballero.
Los futuros ingenieros en sistemas computacionales mencionaron que el robot, llamado Amepi, podría sustituir a los perros guía, los cuales tienen un costo muy elevado y cuya asignación para discapacitados visuales es restringida. En México existen unas 467.000 personas invidentes.
En un cálculo sobre cuánto valdría mantener un perro guía durante toda su vida, los investigadores determinaron que el costo estaría cercano a los 300.000 pesos (unos 20.000 dólares).
El móvil es ligero, su estructura es plástica y está provisto de dos cámaras: una visualiza el entorno y la otra detecta símbolos QR para ir hacia el lugar que el invidente requiera; su tracción es de oruga, funciona con seis baterías AA recargables y cuenta con un bastón que se ajusta a la estatura del usuario.
En el interior del móvil adaptaron una computadora que realiza todo el procesamiento y que está conectada a un microcontrolador que envía señales a los motores para regular la velocidad y efectuar los giros requeridos.
El robot tiene un sistema de visión artificial conectado a una diadema inalámbrica para que alerte al usuario si existen letreros en sitios públicos como rutas de evacuación, extintores, sanitarios o zonas de seguridad, entre otros, y mediante el micrófono de la diadema el usuario puede darle indicaciones.
El proyecto, que todavía está un fase de prototipo, tuvo un costo de 1.000 dólares en los elementos y materiales que se utilizaron en su creación, además del software.
Para su optimización y desarrollo, los investigadores están en busca de inversión y para ello buscan meterlo a una incubadora de proyectos.
El proyecto les dará la posibilidad de titularse en su especialidad y al no existir ningún sistema de este tipo en el mercado, trabajarán para mejorar detalles, patentarlo y crear un diseño industrial y posteriormente comercializarlo.