Una veintena de organizaciones pro derechos humanos de Oriente Medio han acusado a Estados Unidos y Reino Unido de "hacer la vista gorda" ante abusos y políticas represivas en esa región contra defensores de derechos civiles y presos de consciencia, según un comunicado hecho público este sábado por las ONG.
La nota, firmada por el Centro del Golfo de Derechos Humanos (CGDH) y otras veinte organizaciones, lamenta, en particular, el hecho de que la visita del presidente de EE.UU., Joe Biden, a mediados de julio a Arabia Saudí e Israel, "ha dado luz verde a los gobiernos represores" de la zona contra activistas civiles.
"El movimiento de derechos humanos en Oriente Medio y el norte de África (MENA) ha pagado un alto precio por el apoyo ilimitado e incondicional brindado por el Reino Unido y EE.UU. a los gobiernos represores de la región", dijo el documento.
"La visita del presidente Biden ha reforzado la práctica de las relaciones internacionales que prioriza los intereses políticos y económicos cuando se trata de gobiernos represivos, mientras se hace de la vista gorda ante los abusos y a expensas de los defensores de los derechos humanos y los presos de conciencia", aseveró.
El documento, que destaca ejemplos de abusos en países como Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Egipto e Israel, hizo hincapié en la reunión de Biden con el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salman (MBS), al que la CIA vincula con el asesinato en 2018 del periodista y disidente saudí Jamal Khashoggi en Estambul.
Recordó que una docena de ONGs de la zona habían instado a Biden a poner "como precondición" para reunirse con MBS "la liberación inmediata de presos políticos, el levantamiento de las prohibiciones arbitrarias de viaje", entre otros.
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"Todas las esperanzas se desvanecieron rápidamente (...) los derechos humanos no se abordaron adecuadamente durante el viaje, ni públicamente ni entre bastidores", subrayó el comunicado, que cita a fuentes locales confiables.
"El presidente Biden fue a la región y regresó con las manos vacías", añadió la nota, y denunció que el resultado fue "un grave deterioro en los compromisos de los gobiernos de la zona en materia de derechos humanos", así como "su espantosa explotación de la visita para encubrir graves violaciones".
Entre otros, el documento pone como ejemplo el caso de la estudiante Salma al Shehab, condenada recientemente en Arabia Saudí a 34 años de prisión por una serie de mensajes en Twitter en favor de las libertades civiles.
Esa condena, la más dura impuesta hasta ahora por actividades pacíficas, "fue uno de los resultados directos de la visita" de Biden, y "es en realidad un mensaje de amenazas e intimidación a todos los activistas de Internet", añadió.
Otros ejemplos son la médico saudí, Lina al Sharif, detenida en 2021 y acusada de terrorismo por expresar sus opiniones en las redes sociales, y el prominente activista egipcio-británico Alá Abdelfatah, detenido en Egipto desde 2019 y acusado de "difundir noticias falsas que socavan la seguridad del Estado".
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"El Reino Unido tiene la responsabilidad de intervenir para proteger y ayudar a liberar a Abdelfatah (...) en huelga de hambre desde hace 150 días, y quien no ha recibido una visita consular y se le niega la posibilidad de comunicarse con sus abogados del Reino Unido", agregó.
"Es hora de poner fin al apoyo incondicional a los gobiernos opresivos en la región (...) el Reino Unido, EE.UU. y todos los demás gobiernos democráticos, deberían mostrar visiblemente su total apoyo al trabajo de los defensores de los derechos humanos en la región MENA", concluyó.