Los camiones recolectores se van repletos de San Joaquín luego de pasar por el área próxima a la escuela Ascanio Villalaz, donde cada día se acumulan toneladas de basura.
La situación agobia a los trabajadores cuando indigentes rompen los cartuchos en busca de comida y dejan todo regado.
A un costado de la escuela se puede observar cuatro contenedores, pero la basura, en vez de estar adentro, se encuentra dispersa en el suelo dando un aspecto insalubre y mal olor a los estudiantes del plantel.





