Unas 24 reses murieron ayer luego de recibir una descarga eléctrica, mientras que otra agoniza en el potrero de una finca de la apartada comunidad de Toabré en el norte de Penonomé y las pérdidas superan los diez mil dólares.
Casimiro Cerrud, capataz de la finca en Toabré, explicó que ellos salieron muy temprano porque tenían que embarcar un ganado que viajaría a Aguadulce, y hallaron las reses muertas debajo de un árbol.