El Chelsea cerró ayer su gira asiática con un festín goleador (8-1) ante una selección de jugadores indonesios, que subrayó la enorme distancia entre ambos y que supuso un paso más en la puesta a punto del cuadro de José Mourinho.
A medio gas y sin grandes aspavientos, el conjunto inglés, que aún no cuenta con su plantel completo, ofreció en Yakarta un espectáculo goleador.