No saben por qué mataron a su familiar. Eloid Ávila, padrastro de Jean Carlos Tulloch, de tan solo 23 años, no sabe cómo alguien pudo ser capaz de asesinarlo, pues él no se metía con nadie, e iba de su casa a su trabajo todas las mañanas.
Ávila dijo que todo el mundo lo conocía en la barraca Amarilla de Curundú por lo amable que era y siempre se comportaba bien, además, para su hijastro no había nadie más en su vida que sus hijos de seis, un año y 10 meses, además de su esposa.