Una explosión de júbilo inundó ayer la plaza Tahrir tras el anuncio del Ejército egipcio, que suspendió la Constitución y declaró al presidente del Tribunal Constitucional como nuevo mandatario provisional del país en lugar del islamista Mohamed Mursi.
Cientos de miles de personas se concentran en la céntrica plaza ondeando banderas de Egipto y bajo el ensordecedor ruido de los fuegos artificiales.
La emoción se ha desbordado en Tahrir, que también fue el centro de la revolución que desbancó del poder al presidente Hosni Mubarak en 2011.





