Los tiempos han cambiado y educar a los niños cada vez se torna más difícil para los padres, sobre todo cuando existen leyes de protección a los menores de edad que podrían mandar a las cárceles a los tutores.
Los adultos cuando conversan con los jóvenes y niños recuerdan cómo les temían a sus padres, pues no podían tomar decisiones sin antes haberlas consultado o si no les esperaba un fuerte castigo, pero ellos aducen que les sirvió para ser personas de bien.