Cuba le infligió ayer una paliza de 12-0 a China en siete entradas y conservó su invicto tras dos salidas en el Clásico Mundial de Béisbol.
El infielder José Abréu remolcó cinco carreras, incluyendo un grand slam en la quinta entrada, cuando su equipo anotó sus últimas seis carreras en el Domo de Fukuoka.
El juego se dio por terminado tras la séptima entrada por la regla del nocaut.
El triunfo clasificó a Cuba, y también a Japón (2-0), a la siguiente fase.
El abridor de Cuba Danny Betancourt se apuntó la victoria.