El crujidos de los bates se volvieron a escuchar en el campo de entrenamiento de los Yanquis de Nueva York. Esto solo quería decir que el mejor cerrador de todos los tiempos, Mariano Mo Rivera, estaba haciendo de las suyas en el montículo.
Todo está bien, dijo el panameño en una entrevista a newsday.com.
En esta ocasión la víctima de Rivera fue el jardinero Matt Díaz, que débilmente conectaba rodados por segunda base, mostrando dolores en sus muñecas.