Jacinto González: yo lo conozco. Él no llega aquí a brindar vicios o a compartirlo, sino que llega a su casa y de ella, a la iglesia.
La figura de Mariano Rivera, irónicamente, no une, divide. Tras conseguir su rescate 602, que lo ubicó como el líder histórico de este departamento en las Grandes Ligas, las críticas hacia su personalidad arreciaron.