El sacerdote de descendencia china, Pablo Río, en su homilía, les pidió resignación a estas cinco familias, aunque solo estuvo presente en la eucaristía la familia de Georgina Lee Chen.
El religioso expresó que el dolor es difícil de superar, pero que Dios es la medicina que sana las heridas y que el dolor humano se puede convertir en gozo si creemos en la resurrección.