Rodrigo iba hacia el aeropuerto. De repente un taxista se le acercó. Su auto estaba brillante. El chofer vestía bien, fue atento, le entregó un cartón plastificado y le dijo: yo soy Willy, su chofer. Y lo invitó a leer su misión mientras guardaba el equipaje.
Después de sentarse, Rodrigo leyó la tarjeta: Misión de Willy: Hacer llegar a mis clientes a su destino final de la manera más rápida, segura y económica posible, brindándole un ambiente amigable.
Rodrigo quedó impactado, pues no había una mancha en todo el taxi.