Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y confirmó que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas ni rasguños.
De pronto un anciano se acercó y dijo: "Perdona mi atrevimiento, pero, ¿por qué dices eso, si tu corazón no es ni, aproximadamente, tan hermoso como el mío, o el de tantas otras personas?".
La multitud observó al anciano y notó que su corazón estaba cubierto de cicatrices.