Los del campo, cuando salen a su labor habitual, no olvidan llevar puesto su sombrero de trabajo, y para las salidas de gala, el pintao.
Entre más fino es el sombrero, es más difícil y demorada su confección, explicó Janneth Mendoza, que es oriunda de La Pintada, en la provincia de Coclé, pues la pajilla es delgada, menos manejable y tiene que quedar perfecto, así que el tejido se hace con cuidado, señaló la artesana.