- Ambos fueron pandilleros desde que tenían 15 años. Eran dueños de las armas.
- Castillero explicó que este es un paso muy importante en su vida, Yo estoy con Dios. Los que deseen dar ese cambio, solo acérquense a mí, puntualizó.
Los rostros de los expandilleros Javier Luna, de 22 años, y Jorge Castillero, de 25, eran distintos; sus uniformes de trabajo con el logo de Gobierno de Panamá los hacen sentir orgullosos del gran paso que están dando.
Ellos, tras una promesa que le hicieron al presidente de la República, Juan Carlos Varela, el 2 de julio durante el Consejo de Gabinete, luego de que él los ubicara en un puesto de trabajo, de manera voluntaria entregaron sus armas a la Dirección Nacional de Armamento de la Policía Nacional (PN).
Luna confesó con serenidad que desde los 15 años robaba y peleaba con pandillas de otros barrios, pero la decisión de cambiar lo hizo por su familia Esto me sirve para encaminar mi vida a Dios, recalcó.
Entre las armas que llevaron Castillero y Luna, ambos del área de El Futuro, en Mano de Piedra, estaba un fusil y una AK-47, junto a 14 municiones.
Los expandilleros dijeron que aún faltan más armas por entregar.