El nuevo embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Cabrera, llegó este lunes al país en medio de las tensiones tras las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, por “recuperar” el Canal y la controversia por un acuerdo de seguridad bilateral firmado recientemente.
“Estoy contento de llegar a Panamá para desempeñar mis funciones. Me siento honrado por la confianza que ha depositado en mí el presidente Trump y el Senado de Estados Unidos para representar a mi país en Panamá”, dijo Cabrera a su llegada, según un comunicado difundido por la Embajada de EE.UU.
“La relación entre Estados Unidos y Panamá es de suma importancia, está basada en valores e intereses compartidos y abarca un amplio abanico de temas. Nuestra relación es vital para garantizar la estabilidad y prosperidad en todo el continente”, agregó el diplomático.
Cabrera aterrizó este lunes al Aeropuerto Internacional de Tocumen, el principal del país, donde fue recibido por personal de la cancillería. En “los próximos días” presentará las credenciales ante el canciller, Javier Martínez-Acha, y luego “participará en la ceremonia formal de presentación de las actas” con el presidente panameño, José Raúl Mulino.
Una llegada en medio de la polémica
El nuevo embajador designado llega a Panamá en medio de la diatriba del Gobierno de Trump sobre el presunto control chino sobre el Canal, argumentada hasta ahora por la presencia de un operador hongkonés en dos de los cinco puertos que existen en torno a la vía, que negocia traspasar la concesión al gestor de activos estadounidense BlackRock.
Justamente durante la audiencia de confirmación de Cabrera en el Senado estadounidense hace meses, este expresó su preocupación sobre la tecnología china utilizada en la infraestructura panameña, según informó la prensa.
Pero también arriba después de la firma de un polémico acuerdo entre el ministro de Seguridad Pública panameño, Frank Ábrego, y el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, que amplía la presencia militar estadounidense de carácter temporal y rotativa y descarta la instalación de bases castrenses de ese país.
Ese acuerdo ha levantado una oleada de críticas en Panamá, pues muchos denuncian que viola la soberanía y el Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá, que prohíbe la instalación en el país de bases militares extranjeras, con leves protestas en el país y una demanda por inconstitucional ante el Tribunal Supremo del país.
Justamente el pasado sábado, el presidente panameño volvió a reiterar que el Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá regula los costos para el paso de todos los buques y no hay “ningún acuerdo” que diga lo contrario, para responder al mensaje de su homólogo estadounidense solicitando, una vez más, pasar gratis por la vía interoceánica.
El presidente panameño dijo el mes pasado que esperaba “entenderse” con el nuevo embajador estadounidense, ratificado por el Senado de EE.UU. el pasado 9 de abril y con experiencia en la política al ser el comisionado del condado de Miami-Dade, en el estado de Florida.