Pese a la difícil situación que atraviesan muchas familias humildes y de extrema pobreza en el país, Argelis Cortes y sus dos hijas de 15 y 8 años, esta última con diabetes infantil, recibieron el mejor regalo de Navidad: una casa.
El nuevo techo confortable para la adulta de 38 años y Hazel, su hija adolescente de 15 años y Yayseth, de 8 años, está ubicado en la comunidad de San José, en el corregimiento de Las Lomas, en el distrito de David, en la provincia de Chiriquí.
Lea también: ¡Ajo! Llegaron las canastas navideñas de Sandra y Samy Sandoval
En nombre del presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen y del ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Rogelio Paredes, el gobernador de la provincia de Chiriquí, Juan Carlos Muñoz Franceschi, entregó las llaves y el certificado de la solución habitacional de 42 metros cuadrados.
“Hoy hacemos entrega de esta vivienda gracias al esfuerzo de todo un equipo con el objetivo de darle el mejor regalo de Navidad, una residencia nueva y equipada a esta madre soltera para que pueda disfrutarla junto a sus hijas en esta fecha tan especial”, dijo el gobernador chiricano.
El equipo del Miviot atendió el caso social, que abarcó la ubicación del terreno y posterior construcción de la vivienda para cumplir con la promesa adquirida por el ministro Paredes.
Entérate: Huir de Venezuela y arriesgarlo todo en el Darién para 'cumplir sueños'
La beneficiaria agradeció al presidente Cortizo Cohen, al ministro Paredes, al locutor Charlie Stewart y a la directora regional, Doris Atencio, por hacer realidad el sueño más preciado de su vida, que era tener su propia casa y en especial en estas fechas.
La nueva solución habitacional cuenta con sala-comedor, cocina, dos habitaciones, baño higiénico y lavandería; y fue amoblada con apoyo del Despacho de la Primera Dama y el Ministerio de Desarrollo Social.
Esta adulta junto a sus dos hijas vivía en una residencia de alquiler y no contaba con recursos económicos suficientes para continuar pagando ese sitio y tenían que desalojar. Las tres chiricanas dependen de la ayuda humanitaria anónima para poder subsistir.