El trasplante de riñones por parte de donantes fallecidos y vivos ha permitido mejorar la calidad de vida de unas 40 personas que acudían a la unidad de Hemodiálisis de la Policlínica Dr. Santiago Barraza en La Chorrera.
Unos 27 riñones fueron trasplantados desde donantes fallecidos y 13 de donantes vivos, detalló la Dra. Milagros Méndez, encargada del Protocolo de Trasplante en esta unidad ejecutora, de la provincia de Panamá Oeste.
La Dra. Méndez resaltó la importancia de las donaciones, las cuales dan una oportunidad de vida a los pacientes, aunque de ello también depende el cuidado que tenga el paciente.
Méndez indicó que después de un trasplante, el paciente debe cumplir con sus controles médicos y los medicamentos que tienen que tomar para que no haya rechazo.