Jorge Mario Bergoglio, de 82 años o el Papa Francisco, es un gran ejemplo de sencillez. Llega hoy, por primera vez a nuestro país, para formar parte de una gran fiesta juvenil que ha unido religiones, porque por encima de todo está la fe critistiana.
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El Sumo Pontífice, quien tocará suelo panameño en horas de la tarde, se dirigirá a los jóvenes de una manera muy peculiar, una jerga originada y desarrollada en Buenos Aires, Argentina, su tierra.
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Aunque, a donde quiera que va - en este caso a los países en donde se ha desarrollado la Jornada Mundial de la Juventud - se ha dirigido a los jóvenes con modismos de cada uno de los países. Suele saludar de una manera muy diferente, que quede en el recuerdo de muchos. ¡Prepárense Panamá, porque puede que diga "qué xopá"!
Su palabra favorita es "misericordiando", que no es más que el gerundio que creó para hablar del que, a su juicio, es uno de los pilares de la fe cristiana. Él mismo lleva este concepto en el lema que eligió cuando fue ordenado obispo y que sigue utilizando como papa: Miserando atque eligendo, que significa en latín: Lo miró con misericordia y lo eligió.
Hace algún tiempo se lo explicó a un periodista: "El gerundio latino miserando es intraducible en italiano y en español. A mí se me ocurrió traducirlo con otro gerundio que no existe, misericordiando ".
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Además, no se extrañen si escuchan que dice: primerear, balconear, ningunear, pasarse de rosca, pescar una idea, hacer lío, empacharse, entre otros.
También: rosquear, sacar el cuero, tener cara de vinagre, salir de la cueva o cuidarse de los mercachifles.
Consideradas como la jerga de Bergoglio o como bergoglismos, estas expresiones o palabras provocan dolores de cabeza a los traductores y asombran a todos.