Todo sucedió en Provo, Utah, Estados Unidos. Autoridades acusaron a una pareja de 30 años por violar a su hija de 15 años. La joven denunció agresiones sexuales por parte de sus padres a las autoridades.
La adolescente se puso en contacto con la policía, revelando un patrón de abusos a manos de su padrastro, con incidentes que se remontaban a 18 meses atrás.
¿EL motivo? Los padres de la menor creían que iniciar personalmente a su hija en actividades sexuales era “más seguro” que ella explorara con otros jóvenes.
La situación se originó después de que la madre descubriera las interacciones en línea de su hija, incluidos chats y fotos de Snapchat que mostraban a la adolescente en posiciones comprometedoras.
En lugar de proteger a su hija, los padres optaron por introducirla en el mundo de los juguetes sexuales y le demostraron su uso tanto en ella como en ellos, acciones que en última instancia condujeron a su detención y a los graves cargos que se les imputan.
El padrasto abusó sexualmente de la adolescente
Dos meses antes de alertar a la policía, la hija informó a su madre sobre un preservativo roto durante un acto sexual con su padrastro.
Aunque el padrastro negó inicialmente haber mantenido “relaciones sexuales completas” con la adolescente, acabó admitiendo el acto durante un interrogatorio policial.
Aseguró que practicó sexo oral con su hijastra, tanto él hacia ella y viceversa. Que muchas veces se bañaban juntos y se le frotaba el miembro a él hasta que eyaculara y él la tocaba también. Así como simulación de sexo en el que él siempre terminaba.