Un amigo nuestro iba caminando al atardecer por una playa desértica. Mientras caminaba, divisó a otro hombre a lo lejos. Al acercarse, notó que el lugareño se agachaba constantemente, recogía algo y lo arrojaba al agua.
Una y otra vez lanzaba cosas al océano.
Cuando nuestro amigo se acercó más todavía, vio que el hombre recogía estrellas de mar que se habían clavado en la playa y una por vez las iba devolviendo al agua.
Nuestro amigo se sintió confundido. Se acercó y dijo:
-Buenas noches, amigo. Me pregunto qué está haciendo.